Medina: 100 años de un legado

José Toribio Medina y su Biblioteca Americana

José Toribio Medina Zavala (1852-1930) se dio a la tarea de reunir aquellos textos y documentos que hiciesen posible conocer tanto la formación como el desarrollo cultural y natural del continente americano. Con este propósito, el bibliófilo recopiló parte importante de la producción intelectual de autores extranjeros y locales sobre el continente americano.

Medina se ciñó a un riguroso plan para conformar la colección: por una parte, recopiló sistemáticamente los primeros impresos americanos y, por otra, reunió un fondo bibliográfico que incluía, según su criterio, las obras más importantes relativas a América editadas desde la llegada de la Corona española (Biblioteca Nacional de Chile: historia de las colecciones: Colección José Toribio Medina : 193 años de historia 1813 - 2006; investigación y selección iconográfica Eliana Beatriz Peña Córdova. [Santiago]: La Biblioteca, 2006).

Historia de la Sala Medina

En 1912, a través de su testamento, José Toribio Medina expresó su deseo de donar al Estado de Chile su biblioteca personal. El documento advertía que, en el nuevo edificio que se construiría para la Biblioteca Nacional, su colección debía ser instalada en una sala que llevaría su nombre ("Testamento a José Toribio Medina", Santiago, 6 de febrero de 1912, Abraham del Río, Sala Medina, Archivos documentales nº 20276).

Algunos años más tarde, la cesión se concretó tras el envío de la carta que Medina dirigió al entonces director de la Biblioteca Nacional, Carlos Silva Cruz. El documento, fechado el 21 de noviembre de 1925, expresaba su decisión de entregar la colección de 22.000 volúmenes impresos y casi 300 volúmenes de manuscritos a la institución. Sin embargo, la cesión estaba sujeta a la impresión del catálogo de la donación con cargo al Estado, al diseño del mobiliario y decoración que sería aprobado por el mismo Medina y al nombramiento, como conservador de la nueva dependencia, de Guillermo Feliú Cruz, su discípulo. El donante se reservaría, además, el derecho de "dictar [el] reglamento bajo el cual sería conservada y consultada la sala" (Medina, José Toribio, "Carta [al] Director de la Biblioteca Nacional [Carlos Silva Cruz]"[manuscrito], Santiago, 21 de noviembre de 1925, Sala Medina, Archivos documentales nº 20218).

El 11 de diciembre de 1925, la donación de José Toribio Medina fue aceptada por el Ministerio de Instrucción Pública mediante el Decreto N° 8.253. El documento estableció la apertura de una de las salas con el nombre de José Toribio Medina, en la que se conservarían las obras y documentos donados por él, y nombra a Guillermo Feliú Cruz como su conservador (Bahamonde, Enrique, "[Decreto] Santiago [al] Conservador del Museo Histórico Nacional", 11 de diciembre de 1925, Sala Medina, Archivos documentales nº 30502).

El acondicionamiento para la apertura de la sala, cuya atención a público se inició en 1930, fue dirigido y supervisado por el propio Medina, como también la construcción de los anaqueles en maderas nobles y la impresión del Catálogo breve de la Biblioteca Americana.

Biblioteca Americana de José Toribio Medina

Con 35.000 volúmenes, que incluyen casi 300 volúmenes de manuscritos la Biblioteca Americana es uno de los principales fondos patrimoniales del Fondo Medina.

La colección de primeros impresos americanos reúne un extenso conjunto de obras publicadas en los principales centros tipográficos del Nuevo Mundo a partir de la imprenta. Así, por ejemplo, la sección correspondiente a Ciudad de México consta de 5.000 impresos los que constituyen su obra más antigua, Copilacion breve de un tratado de Sant Buenaventura que se llama Mistica theologia data de 1547. La sección relativa a Perú incluye el impreso limeño más antiguo del que se tenga registro, además de ser uno de los primeros impresos de Sudamérica: Doctrina christiana y catecismo para instruccion de los indios, y de las de mas personas, que han de ser enseñadas en nuestra fé, publicado en 1584. Este catecismo en español, aymará y quechua fue publicado para apoyar la evangelización de los pueblos originarios del Perú.

También forman parte de la colección las ediciones de los primeros cronistas americanos, entre ellas, Entre los remedios que don fray Bartholome de los Casas ... refirió por mandado del Emperador (1552) de Bartolomé de las Casas, La Araucana de Alonso de Ercilla (1574), Historica relacion del Reyno de Chile y de las missiones y ministerios que exercita en el la Compañía de Jesus (1646) de Alonso de Ovalle y Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reyno de Chile escrito en italiano por don Juan Ignacio Molina (1788-1795).

Crónicas y descripciones de viajes y expediciones, tanto científicas como de exploración, de navegantes, viajeros y naturalistas cuentan con fuentes para la investigación en la Biblioteca Americana, entre ellas las crónicas de los tres viajes de Francis Drake publicada en 1776 y aquellas relativas a los viajes de Alexander von Humboldt.

Dentro de las obras relativas a América, se encuentra también un singular conjunto de libros náuticos, como el Breve compendio de la sphera y de la arte de navegar (1551), y libros geográficos y cosmográficos, dentro de los que destaca el Libro de la cosmographia: el qual trata la descripción del mundo y sus partes por muy claro y lindo artificio (1548).

Sermón en lengua de Chile de Luis de Valdivia (1621) es solo uno de los muchos volúmenes que se conservan sobre el proceso de evangelización en territorio americano, el que se ve además complementado por repertorios de lenguas indígenas como Arte y gramatica general de la lengua que corre en todo el Reyno de Chile, también de Valdivia (1684), Arte de la lengua metropolitana del Reyno cakchiquel, o guatemalico de Ildefonso José Flores (1753) y Vocabulario de la lengua aymara de Ludovico Bertonio (1612).

Un conjunto de grabados y fotografías y una colección de mapas forman parte también de la colección. Entre los últimos se cuentan mapas coloniales manuscritos, entre ellos, por ejemplo, los primeros mapas de América y de Chile.

También se conservan planos y mapas relativos a la historia de Chile, como los de la Guerra de la Independencia, la Guerra del Pacífico y la Guerra Civil de 1891.

Finalmente, la colección reúne un importante fondo documental que comprende 11.992 piezas manuscritas organizadas en 297 volúmenes. Buena parte de ellos corresponde a manuscritos de alto valor histórico, mientras que el resto, a copia de documentos que Medina realizó en los archivos de Indias y Simancas en España, todos referentes a Chile y a su historia, ordenados cronológicamente. Estos documentos sirvieron para organizar diferentes colecciones y recopilaciones, las que Medina puso a disposición del público a través de publicaciones realizadas en las imprentas Ercilla y Elzeviriana. Fruto de ese trabajo de investigación en España corresponde a la Colección de documentos inéditos para la historia de Chile: desde el viaje de Magallanes hasta la batalla de Maipo: 1518-1818 (1889-1902).

José Toribio Medina fue autor de más de 400 obras que reúnen un amplio espectro de disciplinas: etnografía, numismática, historia, literatura, filología, entomología y cartografía, entre las que se destacan: Los aboríjenes de Chile (1882), Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en Chile (1890), Cartografía hispano-colonial de Chile (1924), La primitiva Inquisición americana (1493-1569) (1914) y, su colección de Opúsculos, entre otros.

El Fondo Bibliográfico José Toribio Medina

El Fondo Bibliográfico José Toribio Medina abarca un universo de libros, manuscritos, mapas, grabados y fotografías correspondientes a más de 130.000 volúmenes. Aquí están incluidos, además de la Biblioteca Americana de José Toribio Medina, la Biblioteca Americana de Diego Barros Arana y los Archivos Documentales. Estos últimos consisten en correspondencia y documentos de alto valor patrimonial, con más de 56.000 piezas manuscritas y mecanografiadas, de importantes personajes de Chile, como Pedro Montt, José Manuel Balmaceda, Ignacio Domeyko, entre muchos otros.

Dentro de este fondo se conserva, además, el Museo Bibliográfico, que atesora las obras más valiosas y antiguas resguardadas por la Biblioteca Nacional, fechadas a partir del siglo XV, entre ellas, la colección de incunables europeos, donde destaca la Crónica de Nuremberg (1493), considerada una de las fuentes iconográficas más importantes del siglo XV, el Misal Benedictino del Monasterio de Monstserrat (1499), Salutifera nauis: narragonice profectionis nun qua satis laudata Nauis, conocida como la Nave de los Locos con grabados de Alberto Durero, y el ejemplar más antiguo del fondo Medina, Domitii Calderini Veronensis secretarii apostolici in commentarios luuenalis, libro de poesía satírica latina fechado en 1474, así como el único ejemplar del primer impreso e incunable chileno: Modo de Ganar el Jubileo Santo de 1776.